Publicado por Ecoacsa Reserva de Biodiversidadel Lunes, 04 Diciembre 2017
Un reciente informe evalúa el comportamiento las compañías más influyentes del mundo en materia de política climática y energética. La mayoría de ellas tiene mucho margen de mejora, pero el documento también destaca que hay firmas liderando el cambio

¿Cómo son de exigentes las políticas climáticas corporativas? ¿Qué empresas cuentan con estrategias sólidas dirigidas a impulsar la reducción de las emisiones y la contaminación y cuáles son más laxas en este sentido? El informe Corporate Carbon Policy Footprint ( Huella de la política de carbono corporativa ) del think tank británico Influence Map evalúa el comportamiento las compañías más influyentes del mundo en materia de política climática y energética. La investigación revela que la mayoría de ellas tiene mucho margen de mejora, pero también destaca que hay referentes que lo están haciendo realmente bien a escala nacional.

En la actualidad, la mayoría de empresas informa sobre el impacto ambiental de sus operaciones, incluso en casos en los que no están obligadas por ley. Sin embargo, cómo están diseñadas las políticas climáticas corporativas y qué peso tienen en las estructuras de las organizaciones puede resultar incluso más importante que las propias emisiones de gases de dióxido de carbono.

Estimar el impacto que una firma tiene en el cambio climático basándose solo en sus emisiones de gases de efecto invernadero puede resultar un enfoque incompleto, según investigaciones recientes. En algunos casos, tiene un impacto igual o más importante si cabe la influencia que su discurso y política pública relacionada con el clima tiene en los gobiernos de todo el mundo.

Un nuevo análisis llevado a cabo por especialistas de InfluenceMap ha diseñado un método para cuantificar qué empresas están liderando o se oponen a la defensa de políticas que conducirían a una mayor descarbonización y, por ende, a menor contaminación.

El método consiste en medir tres factores principales para evaluar cómo las empresas actúan en el ámbito público. El primero analiza si la política y el comportamiento de una empresa están alineados con o en contra de los enfoques consistentes con el Acuerdo de París sobre cambio climático adoptado en diciembre de 2015.

El segundo indicador que se tiene en cuenta es la intensidad del esfuerzo que una compañía pone a la hora de apoyar sus posiciones. Y, por último, la tercera métrica supone que la influencia política sigue la escala económica y es una función de los ingresos, las ganancias, la capitalización de mercado y los activos propiedad de la empresa.

El resultado final combina toda esta información en un solo número, de modo que las compañías puedan compararse más fácilmente entre sí. Al realizar su investigación, los autores reunieron más de 30 000 «pruebas» relacionadas con 250 compañías y 50 asociaciones comerciales, incluidos registros de cabildeo, publicidad, relaciones públicas e investigación patrocinada.

De las 50 empresas con resultados más notorios, 35 se oponen activamente a la política climática y 15 la promueven activamente. Entre las primeras, se hallan firmas de la cadena de valor de los combustibles fósiles, grandes consumidores de energía y compañías de servicios energéticos con gran cantidad capacidad de generación con carbón. Algunos ejemplos son American Electric Power, ArcelorMittal, Basf, Bayer, BP, BMW, Chevron, Daimler, Dow Chemical, Duke Energy, ExxonMobil, Fiat Chrysler, Ford, Koch, Shell, Shouthern Company, Solvay y Valero Energy. Entre el segundo grupo con una agenda favorable a las energías renovables y la movilidad eléctrica, se encuentran firmantes de la iniciativa RE100, comprometidos con la compra y generación de un 100 % de su energía de fuentes renovables. Destacan en este grupo Apple, Coca-Cola, EDF, Enel, DSM, GlaxoSmithKline, Iberdrola, Ikea, National Grid, Nestlé, SSE, Tesla y Unilever.

Los autores señalan que el periodo desde la firma del Acuerdo de París ha sido testigo de una mayor actividad empresarial en los debates sobre políticas públicas sobre el clima. Además, prevén que esta tendencia continuará a medida que más grandes corporaciones de todo el mundo sirvan de ejemplo a los gobiernos en la búsqueda de un camino político ambicioso y consistente en materia climática para ayudarlos a alcanzar sus objetivos de descarbonización de manera rentable.